Somos soledad. Nacemos y morimos solos y, en ese incierto y sorprendente trayecto que es la vida, tratamos de encontrar almas gemelas con quien compartirla para dulcificar así nuestra existencia. Y quizás nunca como ahora se ha hecho tan patente y tan cruelmente presente. Acaso por la invasión de esas redes sociales que hoy lo ocupan todo y que transportan inmisericordes una amistad líquida y apócrifa que, finalmente, solo consiguen materializar aún más la soledad del hombre y la mujer de nuestro tiempo.
Como “caricia de Dios y carcajada del diablo” califica a la soledad Eusebio Calonge en el prólogo de este libro en el que José-Miguel Vila la ha buscado y encontrado tanto entre adolescentes y jóvenes, como entre gentes maduras o ancianas; entre estudiantes, profesores , médicos o enfermeros; entre triunfadores y perdedores; entre aparentes capacitados y falsos discapacitados; entre escritores, artistas de cine o de teatro, deportistas, empresarios, políticos, o entre prostitutas y clientes…
Sociología, filosofía, literatura y periodismo se funden y se confunden en esta Antología de soledades, un ensayo sobre las mil y una aristas que la soledad ofrece en estos albores del siglo XXI que, al cabo, presenta aspectos distintos pero que, en el fondo, encierran una misma y eterna soledad con la que el hombre de todo tiempo y lugar ha tenido que ir aprendiendo a enfrentarse hasta el mismo final de sus días.